DEL ANTIMILITARISMO DE ADA COLAU

     La cabeza rectora de PODEMOS en Cataluña, y alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, como ya hemos visto todos a estas alturas en los telediarios, se quejó de la presencia de militares en el Salón de la Enseñanza. Y es que desde los órganos de poder podemitas insisten en hacernos ver una y otra vez su rancio y trasnochado discurso que parece paradójico con el discurso novedoso que intentan vender al electorado.

     Su inveterada y no disimulada ideología antimilitarista puede tener varios orígenes, a cuál más disparatado, aunque yo, particularmente, me inclino más por la primera opción:

1. Que no tenga una ideología propiamente antimilitarista, sino únicamente una posición contrario el Ejército español. Esto supondría que la señora Colau, al igual que en la mente de cierto sector rancio y anticuado de la izquierda de este país, asocia Ejército con franquismo. Habría que decirle a la alcaldesa que el Ejército español es la Fuerza Armada de un país democrático y que no tiene nada que ver con el extinto, ya hace unas cuantas décadas, Régimen.
2. La otra opción, no menos descabellada e irracional, es tener unas profundas creencias antimilitaristas que la lleva a odiar cualquier ejército. Evidentemente no todos los ejércitos pertenecen a países democráticos, pero sí lo es que es una necesidad inevitable para la defensa de las naciones. El antimilitarismo es una ideología que sólo se puede sostener desde la ceguera y la sordera contemporánea, únicamente sostenible desde el sectarismo. Además habría que recordarle a la prócer podemita que también la Unión Soviética leninista, tan mencionado y admirado por Pablo Iglesias, poseía ejército con el que defendía a sangre y fuego sus ideales.

     Para el portavoz del PSOE en el Congreso, Antonio Hernando, la actitud de Ada Colau se debe, tal y como ha dicho públicamente, a una actitud antimilitarista antigua y absurda que recuerda a otras épocas. Afortunadamente la decisión de Ada Colau ha recogido la oposición unánime de la mayoría y más importantes fuerzas políticas de España.

     Desde PODEMOS, además de defender la posición de su dirigente ante la avalancha de críticas que ha recibido, han subrayado, infantilmente, la educación y respeto con la que se dirigió y le mostró su rechazo a los militares presentes. Faltaría más. Pero mucho más respeto tuvieron los militares en aguantar la desfachatez y altanería de Ada Colau. Aún así, y en virtud de su honorable labor, no se les ha escuchado el menor reproche o mohín ante el desprecio de la alcaldesa, cuando es evidente, porque son humanos y a todos nos ocurriría lo mismo, que no les hizo ni la menor gracia.

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